Habla de caminar y recorrer los caminos creados por la naturaleza para entender desde “los pasos del diablo”, una narración de país a partir de un territorio borrado del paisaje Bacatá, un asentamiento precolombino, unas montañas, diferentes ríos y una planicie en diálogo. Un centro espiritual y de observación astronómica eliminado visualmente por una catedral primada donde artistas coloniales y conquistadores descansan en paz. Evidenciar la colonización simbólica de la peña y de los cerros orientales de Bogotá, es una de las intervenciones culturales más relevantes para entender la ausencia de identidad. Una ermita y su posterior abandono o deterioro por aparentes fenómenos naturales, ruinas tecnológicas que fueron reemplazadas por otras aparentemente más modernas como Monserrate y Guadalupe. Dispositivos arquitectónicos religiosos de siglos posteriores como espacios de salón, tecnologías coloniales de época para el condicionamiento cultural de la mirada y el patrimonio de un paisaje sagrado son procesos para el exterminio cultural y espiritual de una sociedad en diálogo permanente con su naturaleza. Si hablamos de naturaleza, tenemos que hablar de anarquía y cuando hablamos de anarquía, estamos hablando de arte, una palabra algo temida socialmente y políticamente poco entendida. Su significado proviene de la naturaleza y de las relaciones acráticas de los hombres y mujeres con ella. Un componente político y estético natural, originario de la acción artística y cultural de comunidades y colectivos los cuales son la descripción perfecta del territorio nacional; unos vestigios y tradiciones que, desde luego, tienen una producción plástica de época en relación con su presente. La naturaleza-arte del territorio nacional, en este caso enfocado en lo que reúne el centro del país como palimpsesto y generador de periferias, en referencia con sus rutas o caminos de conexión. Un proceso artístico y pedagógico que justifica una exhibición en movimiento e in-situ con fines investigativos y curatoriales de una época en movimiento. Siendo esta una investigación continua de varios años, que deriva de programas pedagógicos desarrollados por el Validadero Artístico Internacional en torno a la naturaleza y el medio ambiente, vemos de gran importancia trabajar con el grupo de artistas, alumnos y profesores que han hecho parte del proceso pedagógico y de gestión cultural en el transcurso de estos ocho años. Por este motivo, decidimos invitar a participar de manera colectiva en esta curaduría a quienes han hecho posible la existencia del proyecto pedagógico, otorgando plazas colectivas para alumnos y docentes que a partir de nuestras investigaciones pedagógicas y sus propios intereses han abordado la naturaleza y sus relaciones acráticas desde las prácticas artísticas. Imágenes en movimiento por los caminos inconclusos de nuestra naturaleza, un momento de reposo de un movimiento relativo, instantes eternos y diversos raticos divinos en movimiento, lugares temporalmente autónomos intercambiando pensamientos y sabiduría, procesos artísticos individuales o colectivos, juntos para siempre desde la naturaleza, un espacio in-situ u otro en movimiento. Una caravana por los diferentes caminos de territorio nacional, compartiendo piedras y fluyendo como el agua por las contradicciones de nuestra identidad, una sabiduría revolucionaria o popular hecha camino y refrán:
“Cuando el río suena, piedras lleva…”