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Colectivo Piapoco–Achagua

Resguardos La Victoria y El Turpial, Puerto López, Meta. 2022

La institución educativa Yaaliakeisy se ubica en la vía entre Puerto López y Puerto Gaitán, Meta, donde se dividen dos resguardos indígenas: el resguardo La Victoria de los piapoco y el resguardo Turpial de los achagua. La escuela es considerada “triétnica”, porque en ella estudian niñas y niños de ambas etnias, además de campesinos de la región. En la institución converge un diálogo de saberes con enfoque multicultural e intercultural.

Su rector, el profesor Fermín Cabarte Gaitán, invitó a dos egresados de la institución: Jerson Cabarte de la etnia piapoco y Harold Arrepiche de la etnia achagua para elaborar una obra que representara la convergencia de estos dos mundos indígenas, resaltando los puntos en común de ambas cosmologías. Para los piapoco, Kuwei es el dios que hizo la tierra habitable, exiliando a Jemeine, la anaconda caníbal, y convirtiéndola en la vía láctea. Paralelamente, la palabra achagua significa “hijos del agua”, refiriéndose a un pueblo que hasta el siglo XVIII habitó en la cuenca de los ríos Casanare, Meta y Apure. Ambos grupos, piapoco y achagua proceden de una expansión de pueblos guerreros desde la desembocadura del río Negro hasta llegar a las cuencas de los ríos Isana y Guainía.

Anteriormente, los pobladores de este resguardo habitaban en el río Guayuriba en el territorio de Puerto Guadalupe Meta, allí contaban con territorios amplios para su hábitat, pero debido a la presión por parte de ganaderos y fuerzas armadas, poco a poco fueron en busca de otros territorios donde lograran vivir libremente.

Cosmovisión indígena Piapoco y Achagua

Registro fotográfico: Pablo Rincón Díaz

Ficha técnica

COSMOVISIÓN INDÍGENA PIAPOCO Y ACHAGUA

Pintura en madera

1.50 x 1.50 m

2022

 

Sobre la obra

Cosmovisión indígena Piapoco y Achagua

Los Piapoco y los Achagua, vecinos del territorio, comparten en su cosmología tres mundos dentro de la tierra, la cual no es redonda sino plana.

El primero es el de arriba, de los iluminosos: la luna, las estrellas, las constelaciones. Allá viven los ancestros y los dioses llamados Kuweinai, quienes una vez fueron seres humanos. Los médicos tradicionales se comunican con ellos para preparar medicina y curar. Allá reposa el conocimiento ancestral. 

El mundo medio es donde vivimos los humanos. Es también donde están los ríos, los bosques, los animales, las aves, etc. Caminamos por el mundo medio con permiso de la naturaleza y de sus espíritus; cada laguna y cada río tiene un espíritu que los cuida. Para entrar al agua hay que pedir permiso o rezarle al espíritu. En el pasado, la Laguna Brava, cuerpo de agua del resguardo de los piapoco en Puerto López, Meta, mostraba su temperamento cuando hombres y mujeres se acercaban a ella. Producía fuertes vientos como advertencia de lo que pasaría si se sumergían en sus aguas. Cuando no se era precavido, su espíritu o Chawaliwali, provocaba fuertes tormentas e inundaciones que caían sobre la tierra.

En el subsuelo, habitan los dueños del mundo natural, los seres malignos o Áyawi, representados por la serpiente o el cerdo. Son los espíritus que gobiernan los códigos de la naturaleza; cada ecosistema tiene un espíritu. Los Májubini son quienes sostienen los mundos de la tierra plana. Cuando se cansan de un hombro, pasan el peso al otro hombro. Para cambiar de hombro hay que levantar la tierra, por eso existen los temblores y terremotos.

La obra del colectivo del profesor Fermín y sus dos alumnos muestra el mundo en comunicación y cuidado con la naturaleza. Donde el hombre, Awacaminaleri, es el espíritu cuidador de los bosques donde vive con el resto de los seres y espíritus.