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Constantino Castelblanco

Villavicencio, Meta. 1950

Constantino Castelblanco nació en Nuevo Colón, Boyacá y realizó estudios de sociología en la Universidad Nacional. Desde 1981 reside en Villavicencio desempeñándose como fotógrafo profesional. Es miembro del grupo cultural “Entreletras” y miembro fundador de la Fundación para el Archivo Fotográfico de la Orinoquía (FAFO). Participó en 1987 en el taller sobre recuperación, conservación y mantenimiento de archivos fotográficos dirigido por Antonio Castañeda Buraglia y auspiciado por el Banco de la República.

Su trabajo fotográfico le ha merecido el primer premio a “valores humanos” en el Concurso Nacional de Fotografía Llanos Orientales de Colombia, organizado por El Tiempo y Dainco. De igual forma, recibió una mención de honor en el Séptimo Salón Colombiano de Fotografía, en Medellín. En 1997 fue seleccionado por la FIAP para participar por Colombia en la novena Bienal de Naturaleza en Francia. Hace parte del libro “Historia de la Fotografía” en Colombia de Eduardo Serrano.

Castelblanco ha sido ganador de la beca Fondos Mixtos Departamentales en 1998, otorgada por el Ministerio de Cultura. Ha realizado igualmente los sonovisos “Visión del Llano” con textos de Julio Daniel Chaparro y “Caño Cristales: Sueño Húmedo en el Paraíso” con textos de Jaime Fernández Molano. Algunas de sus obras han sido publicadas en diferentes libros y revistas de arte, folclor, historia y poesía como: el volumen “Llanos Orientales”, Litografía Arco; “Llanos”, Diego Samper Ediciones; “Gastronomía Típica del Llano”, Editorial Lerner; “La Ruta de los Libertadores”, Corpes Orinoquía; “Guía Turística del Meta», Instituto de Turismo del Meta; “Meta Paraíso sin Fronteras”; “Así́ es El Salvador” y “Así es Honduras”, Diseño Editorial. En la actualidad desarrolla un trabajo sobre arte en la naturaleza.

Ríos de vidas

Registro fotográfico: Pablo Rincón Díaz

Ficha técnica

RÍOS DE VIDAS

Fotografía

50 x 70 cm; 100 fotografías de 30 x 20 cm c/u

2022

 

Sobre la obra

El viaje de 30 años de trabajo del maestro Castelblanco es como el del etnógrafo que recorre el río para percibir los ritmos de las vidas. A través de sus palabras, el etnógrafo construye mundos desconocidos. Desde el lente del maestro, estos mundos toman vida, invitándonos a habitar los territorios de la Orinoquía y Amazonía colombianas.

Cada río, cada cuenca, cada caño y cada raudal es el escenario de vidas que han crecido y se han desarrollado al ritmo de la corriente de ese río que las rodea y las acompaña. El pescador con la atarraya; el cruce del ganado; los niños saltando sobre el río; la madre bañando a su hijo antes de la caída de sol; la vecina lavando la ropa, la espuma del jabón; la canoa que trae al profesor de la escuela; la trampa de los peces que emerge como una escultura clavada en la tierra del fondo del río; el pez grande que pescaron hoy; el pescado que acabaron de cocinar en la olla hecha del barro; el transporte de alimentos, de casabe, de mañoco, de fariña; la selva tupida reflejada en el agua tornándola en matices de verdes; el choque del agua sobre las piedras que se asoman en el río en medio del verano, y el río como espejo del sol, el arcoíris.

Casteblanco comparte generosamente su archivo como observador de los territorios, conociéndolos y recorriéndolos e invitándonos a una experiencia de viento, de agua, de verde, de animales y de tierra a través de su mirada. Esto, entretejido en la diversidad de vidas de indígenas, campesinos, ganaderos, citadinos y viajeros que proponen el diario vivir como pequeñas acciones de belleza capturadas.