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Laila Romero

Bogotá, Colombia, 1996

Maestra en artes visuales con énfasis en expresión plástica de la Pontificia Universidad Javeriana. Trabaja con instalación e intervención en espacio público, usando distintos medios como el video, textil, gráfica, entre otros. Le interesan los temas como el desánimo, lo caído, el cuerpo, la tierra como territorio y elemento. Desea crear espacios de encuentro para llevar el arte fuera de los lugares comunes e institucionales. Actualmente es estudiante de joyería para acercarse a la transformación del mundo por medio del oficio.

En palabras de la artista: “mis obras han sido dejar preguntas abiertas, no busco conclusiones, sino dar a ver lo que pienso y que la gente pueda responder de alguna forma, no tanto para dar una solución sino una charla. Me gusta hacer esta charla por medio de la instalación y apropiación, es la gente quien activa la obra y hace que viva, pretendo llegar a muchas esquinas para ver el mundo. Caer es importante para mí, pues estamos en un mundo voraz, rápido, que exprime los deseos para estar al día con cada una de las obligaciones que tenemos; veo el desánimo y el caer, como una contra respuesta, la oportunidad de decir que se está mal y que para tomar fuerzas es necesario detenerse, estar mal, y hago uso de esto en mis obras, estar vivo para querer vivir y no porque toca”.

En vías de desarrollo

Registro Fotográfico: Camila Malaver Garzón

Ficha técnica

EN VIAS DE DESARROLLO

Apropiación

61cm x 30cm x 36cm, 2,43 m x 69 cm / Cinta de 10 m de largo

2022

CUANDO EL RÍO SUEÑA, PERSONAS LLEVA…

Publicación impresa

47 x 27 cm

2022

Sobre la obra

En vías de desarrollo

 

Con motivo de la versión 46 del Salón Nacional, bajo la curaduría «Caravana Nacional: “Cuando el río suena, piedras lleva…”», el proyecto propone una discusión abierta con quien se confronte a las piezas, apropiándose del lenguaje de las señales de tránsito y de la iconografía típica de advertencia. Las piezas dejan leer, o ver, imágenes que distorsionan la información que contienen, la obra propone un juego entre palabra, significado y contexto.

El proyecto hace uso del “sarcasmo”, puesto que esto permite la libre interpretación, a la vez que no le propone al público una única ruta de lectura o significado (esto aplica aún para los mensajes más explícitos, como el de “El país más feliz del mundo a 6402 km”, contraponiendo una noticia que construye la narrativa de un país alegre, con un país que, en realidad, está tan marcado por el conflicto y violencia).

Teniendo en consideración el hilo curatorial de la muestra, la obra repara en uno de los aspectos (negativos), más conocidos del Río Magdalena: los cuerpos de río (presentes implícitamente en el lenguaje apropiado, lo que opera como muestra de la normalización que tenemos frente a estos temas, lo que el territorio arrastra.).

Las frases e imágenes que se usan son de fácil lectura pues con la velocidad de carretera y de vida deben ser concisas y comunicar en el menor tiempo posible.

El título del trabajo, como las obras también es un juego de lectura y significado, ya que al consistir en señales de tránsito la palabra vía y desarrollo se ven contenidas, sin embargo el significado que se le fue dado al término “país (es) en vías de desarrollo”, es una manera “políticamente correcta” de llamarnos a los países del “tercer mundo”.