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Luisa Valderrama

Bogotá - Pore, Casanare, Colombia, 1989

El trabajo de Luisa Valderrama nace de su experiencia de crecer entre la región rural de los Llanos Orientales y la vida urbana de la ciudad de Bogotá. Su obra busca explorar la materialidad orgánica, la autorreflexión y cómo las cosas resuenan con la tierra que las habilita.

Trabaja a partir de una combinación de escultura en técnica mixta, instalación, pintura y video. A través de sus piezas, transmite la apreciación por lo natural en relación a los espacios industrialmente coordinados y coreográficos, tanto mentales como físicos, de la ciudad. El encuentro entre lo intuitivo e instintivo, con el control artificialmente impuesto, refleja las dos realidades a las que pertenece la artista. Valderrama reclama su identidad en la confrontación y cohabitación de los valores de estos espacios.

Estudió artes plásticas e historia del arte en la Universidad de los Andes, así como una maestría en escultura en Pratt Institute en Nueva York. Ha participado en residencias de arte en Estados Unidos y ha recibido becas en el mismo país. Ha realizado exposiciones individuales en Nueva York y varias colectivas en la misma ciudad, así como en Bogotá y en Yopal, Casanare.

Majada

Registro fotográfico: Fausto Diaz Pasmiño, Camila Malaver Garzón y Pablo Rincón Díaz

Ficha técnica

MAJADA

Instalación con tierra del llano

Dimensiones variables (in situ)

2022

Sobre la obra

Majada se refiere al corral de vaquería y a la tierra que se mezcla con la bosta del ganado del corral. Acondicionada por las propias pisadas del ganado, la majada huele a bosta, ganado y tierra mojada. Está cerca del agua donde hay pasto y alimento. Allá reúnen a las vacas para el ordeño a las horas del amanecer, cantando las canciones de ordeño con estrofas de cuatro versos que siempre terminan con el nombre de la vaca a la que llaman para ordeñar.

La música es la comunión con el paisaje de los Llanos Orientales. Los cantos de ordeño, de vaquería, el joropo y la música llanera son la expresión del paisaje llanero en la voz larga y potente del campesino o del ganadero:

si se le canta a la vaca ‘Garza Blanca’ es porque es blanca, si se le canta ‘Patorrial’ es porque tiene pinta de un patorrial”. 

Valderrama transforma la música de los Llanos con el calor de sus manos. Hija de cantautor llanero tradicional, creció junto al trabajo de la tierra y del ganado. Reconoce la conexión espiritual del campesino con la ocupación de la tierra, que más que un sentido de pertenencia, se trata de un sentido de respeto. El llanero campesino hace uso de todo lo que la naturaleza le ofrece; si sacrifica un animal para alimento, no desperdicia nada, todas las partes sirven, así sea para hacer artesanías o elementos decorativos. Respeta a los animales, la tierra y los cultivos porque estos, al igual que la obra de Valderrama, representan su hogar.