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Mónica Restrepo

Cali, Colombia, 1982

Vive y trabaja en Cali, Colombia. Estudió en el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali. Realizó el programa de posgrado de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de Lyon y el Programa Home Workspace de Ashkal Alwan (Beirut). Actualmente hace la maestría en Teatro y Artes Vivas de la Universidad Nacional en convenio con Bellas Artes, Cali. Ha sido residente en Triangle France (Marsella), Bar Project-E.M.M.A (Barcelona) y AAIR Antwerpen (Amberes). Ha participado en iniciativas colectivas y espacios independientes como el colectivo de artistas Casa Tomada (2004-2008); Lugar a dudas (2007 – 2010); La Nocturna (2014 – 2016) y A la plaza, Investigación sobre Performance en espacio público en Cali entre 1995-2005 (2015-2018). En la actualidad, enseña en el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali. Ha exhibido su trabajo en espacios de arte contemporáneo en Colombia, Brasil, Inglaterra, Francia, Bélgica, Holanda y España. Ha trabajado alrededor de la idea de documento performativo, experimentando con materiales artesanales como el barro y medios inmateriales como el performance, el video y el texto.

Incidentes de un viaje al borde del río (Dinosaurios blancos)

Registro fotográfico: Pablo Rincón Díaz

Ficha técnica

INCIDENTES DE UN VIAJE AL BORDE DEL RÍO (DINOSAURIOS BLANCOS)

Papel, engrudo de almidón de yuca, alambre, tubos de papel, hojas de libros e impresiones láser de legislación colombiana

2 x 2 x 2 m

2022

 

*Obra comisionada para el 46 Salón Nacional de Artistas del Ministerio de Cultura

Intervenciones en espacio Publico

Incidentes de un viaje al borde del río (Dinosaurios blancos)

Puerto Mocho, Malecón y Parque Cultural del Caribe
Sala de exposiciones Universidad del Atlántico 

“Incidentes de un viaje al borde del río” (Dinosaurios blancos) es el resultado de una deriva por el gran Tolima. Se trata de una escultura de papel en forma de broca tricónica que será arrastrada por una operaria y que juntas irán recorriendo la ribera del río Magdalena por la ciudad de Barranquilla. Caminan a través de diversos paisajes industriales y naturales. En su fricción contra el cemento, la arena y el asfalto, la broca de papel se va a ir dañando, embarrando y desbaratando. La broca tricónica fue vista por primera vez en un pedestal, en un patio de una universidad en Neiva, pintada de dorado, anaranjado y rojo, dispuestas sobre su tornillo de conexión, tanto que parecían objetos precolombinos. Al lado, una máquina extractora de petróleo, como un esqueleto de dinosaurio del parque de dinosaurios del “Huilasik Park”. Estas brocas abandonadas son huellas temporales, evidencia material de un sistema de explotación extractivista; son objetos con una carga histórica que preferimos no ver, que dejamos por fuera de la cultura y del museo tirados en los pasillos de la Facultad de Ingeniería, pero cuya forma conecta con otras formas y tiempos. Entrecruzando especulaciones económicas, políticas, históricas y culturales (incluidos los proyectos artísticos nacionales y regionales), evidenció algo que podría nombrar como una“lógica extractivista-especulativa”. Por lo tanto, la broca fue construida con libros de códigos mineros colombianos; ciencia-ficción hecha de palabrería mágica, encerrada en sí misma, letra escrita desde una desconexión con el territorio al que “representa” y que se irá destruyendo al contacto con el suelo. La broca, forma desconocida, ¿se percibirá como fósil prehistórico, como argumento de cuento de ciencia ficción? “Un objeto no volador no identificado” que produce unos “avistamientos” que tal vez construyan una imagen sobre el extractivismo que nos atraviesa en diversos ámbitos de la vida.