Oscar Pérez es artista empírico de la etnia puinave, originario de Barrancominas, Guainía. A sus 7 años empezó a dibujar y a pintar lo que veía. Primero, desarrolló su obra sobre los temas relacionados al conflicto armado y las imágenes testigo de la violencia en Colombia. Después del proceso de paz, su trabajo se enfocó en lo étnico, la tradición y el costumbrismo de la región del Guainía.
Pérez pinta con la magia de la selva. La heredó de su padre, un reconocido médico tradicional perteneciente a la etnia sikuani, que ejercía en Puerto Inírida, del que Pérez aprendía mientras le ayudaba a atender a los pacientes y a preparar la medicina de las plantas y el yopoc o pouyo.
Las escenas de sus pinturas son relatos de su abuelo narrados en lengua puinave, así como historias que le cuentan otros ancianos conocedores de la región. Pérez ilustra los relatos que hoy parecen ancestrales, recordando la paz de la selva antes del conflicto o la vida de los nukak makú, lo últimos nómadas de la selva, habitantes del río Guaviare desde el río Inírida.
Su madre, una mujer fuerte que aún carga la leña para el fogón, es modelo de las pinturas de Pérez. Ella representa a todas las mujeres indígenas de distintas etnias de la región – kurripaco, piapoco, kubeo, sikuani, entre otras – que dedican sus días a trabajar en el campo, en el conuco.
Pérez busca compartir con el país y con el mundo los recuerdos de su niñez sobre el mundo mágico de la selva, la vida de los ríos y las tradiciones de los pueblos indígenas del Guainía.